Como es su ya cuestionada costumbre, Milei genera un gran revuelo con sus declaraciones, insultos mediáticos y en redes y, lo que es peor, con sus propuestas económicas y vetos repudiados. Sin embargo, a pesar de la polémica y cierta atención mediática, muchos argentinos empezaron a mostrarse indiferentes o desinteresados en relación a sus “apariciones” y quedó demostrado en el “apagón de medios” que hubo anoche mientras hablaba en el Congreso.
¿Qué motivos hay? ¿Por qué sucede esto? ¿Es debido a la desconfianza que va creciendo aceleradamente? ¿O es porque las propuestas de Milei siguen siendo beneficiosas sólo para un mínimo sector poderoso de la población y no atiende las preocupaciones y necesidades de la gente común?
Puede disfrazarse “hartazgo informativo”, pero la verdad indica que la gente está cansada de la sobreexposición del Presidente y sus trolls que actúan en redes y que pierden credibilidad día tras día.
También es cierto que muchos argentinos han perdido la fe en la política y los políticos en general, lo que lleva a un escepticismo hacia cualquier propuesta o declaración; y empiezan a valorar a los dirigentes más cercanos, caso intendentes, que son los que tratan de “tapar los agujeros” que deja el gobierno nacional con sus políticas destructivas para los que menos tienen.
A todo esto se le debe sumar que en las últimas encuestas los números negativos para Milei y compañía empiezan a subir estrepitosamente y el “primer castigo” de la ciudadanía es animarse a responder y mostrar indiferencia total ante sus apreciaciones y apariciones públicas.
En síntesis, aunque los aplaudidores de turno sonrían para la cámara, les asalta una gran preocupación porque el pueblo por un lado les “corta el rostro” y por otro empieza a pedir explicaciones golpeando las puertas de quienes impulsaron y acompañaron a la fuerza política que hoy gobierna.