En el día del maestro, 11 de septiembre, charlamos en “Voces de la ciudad”, con la docente jubilada Marita Pérez.
Se dice que docente se es toda la vida, “Yo creo que ninguna de las profesiones, al menos aquellos que la desempeñan con compromiso, con verdadera vocación, por más que se jubilen sigue actuando en lo mismo”, expresó Marita. Con tantos años dedicados a enseñar, a compartir momentos con muchos alumnos, hoy ya sin estar en actividad dentro de la escuela, Marita cuenta que sigue encontrándose con ex alumnos que la recuerdan, “Son muchos años, muchas escuelas, muchas familias que pasaron, hay alumnos que te recuerdan y uno a veces entre tantos que pasaron te quedas pensando ¿En qué escuela lo tuve?”.
Después de 30 años de servicio a la educación, habiéndose jubilado como directora, Marita Pérez manifiesta y pone en primer plano cómo ha cambiado todo y mucho incluso dentro de la escuela, “algunas cosas para bien, otras cosas para no tanto, muchas cosas bien pero la infraestructura no acompaña, han cambiado las familias, los alumnos, y con respecto a la tecnología, ni hablar”. Los extremos son malos, comenta, “ni todo lo anterior es malo y lo de ahora bueno ni al revés. También ha cambiado el respeto por el docente “que es lo fundamental y que es lo que más nos duele”. En este sentido comentó que cuando pasa algo que no está bueno en docencia, la mayoría apoyan y replican. “No he visto públicamente a padres hacerse eco de algo favorable, no de forma masiva en redes”.
El papel del maestro siempre fue muy importante en la vida de los chicos, siempre se es un poco más que docente, y en este contexto en el que vivimos esas situaciones se han complejizado, y hoy la escuela es un refugio -en muchos casos- y un receptor de problemáticas que no tienen que ver con el aprendizaje. “El tema es que tenemos una escuela inclusiva pero no tenemos docentes, ni edificios, ni asistentes terapéuticos preparados para atender a cada alumno en particular”, explica Marita. “De 30 alumnos, todos son diferentes, no lo es el que tiene alguna patología, todos somos diferentes. Y cuando nada está preparado como para atender a cada particularidad es cuando se empiezan a presentar las dificultades. Y hoy –agrega- no podes nada”. Al estar en tantos roles a la vez, seguramente en alguno se falle. La docente atribuye esto a los cambios que hay en la sociedad, la agresividad, el nerviosismo y la falta de empatía.
Otro aspecto de la docencia es el reconocimiento tanto con sus saberes, como con su remuneración, para lo cual Marita manifestó “sé que entregué lo mejor de mí, cada año con mucha responsabilidad y no creo tener el sueldo que me merezco”. Asi como dijo no haber recibido propuestas desde el ámbito político por su labor profesional.
Finalmente saludó a todos los docentes en su día y expresó, “los acompaño a todos, porque yo entiendo todo… siempre con fuerza, con esperanza pero sobre todas las cosas con vocación y profesionalismo”.
En su nombre homenajeamos a todos los maestros en su día.
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